Será por el
invierno siberiano que acabamos de pasar, será por la tragedia ucraniana, el
caso es que tengo las imágenes grabadas: las estepas heladas, los rusos y sus
revoluciones, todo me suena a la magistral Doctor Zhivago. Y eso
que llevo mucho tiempo sin ella. ¿A que hace un montón que no la ven? Corren
malos tiempos para las épicas kilométricas. Corren vientos gélidos para los
dramones de toda la vida. Amor de verdad. Traiciones del alma.
Podría decirse
para resumir que Doctor
Zhivago es un rollo. Todo lo
que no transcurra a velocidad 4G es un plomo, piensan algunos.
No es la típica
película que ponen en un AVE, vale, ni en el tren La Coruña-Barcelona, y eso
que ahí daría tiempo para Zhivago, Lawrence, Ben-Hur y los Hobbits de Tolkien.
Como si fuera el transiberiano. Pero luego nos extrañamos de que vayan mal
las cosas. Si no vemos buenas películas, sino leemos los mejores libros, luego
no me vengan con los informes PISA ni se acuerden de los profesores
finlandeses. Que esos también pasan lo suyo (de frío).
Doctor Zhivago... que suene la
balalaika. Los idealistas y los crueles,el tren recorriendo los Urales, la dacha en medio de la nieve,
médico y enfermera cuidando a los heridos, la belleza de Julie Christie, Yuri Zhivago el médico poeta, las familias separadas, la Madre Rusia en guerra...
todo eso y mucho más es Doctor Zhivago. Y la música, la música de Maurice
Jarre con el tema de Lara, con la balalaika, con toda la nostalgia del amor recobrado y perdido en sus cuerdas.
En fin, vayamos al
ídem que me emociono. El narrador es un general de la KGB, Yevgraf
Andréyevich, hermanastro de Zhivago, que cuenta la historia a la joven Tonya,
porque cree que puede ser hija de Yuri y Lara. Cuando Tonya se aleja con su
novio, el general (Alec Guinness) repara en que lleva al hombro una balalaika. Nadie le enseñó, asegura orgulloso el novio camarada, aprendió sola. ¡Entonces es un
don!, descubre un deslumbrado Alec Guiness. Y en ese plano final todos
sabemos que sí, que la chica es hija de Lara y Zhivago, que le había
transmitido su arte; que el viejo comunista está redimiendo el daño causado a su hermano; que se va a hacer cargo de su sobrina; que el amor, en fin, es más
fuerte que la mentira, más fuerte que la muerte.
Es un don. Ahí quería llegar. Un regalo. De
la genética, de la vida. Y los regalos son para agradecerlos y para
disfrutarlos. Y todos hemos recibido muchos: musicales, físicos, intelectuales,
morales... con los que avanzar por la nieve de la vida.
Adelante,
queridos amigos, adelante mis valientes. O avanzas o te congelas. Con balalaika
o sin ella, contribuye en el gran concierto de la vida. La juventud es un gran
don, y termina por pasar, pero siempre nos queda tiempo. Y que los demás te
necesitan para ser felices también. Frase célebre de J.F.Kennedy: No
te preguntes qué puede hacer tu país por ti; pregúntate que puedes hacer tú por
tu país. Al parecer era una idea de uno de sus tutores,observen de nuevo lo que puede hacer por uno un buen profesor, aunque no sea finlandés. Es decir, tu don también es para los demás; para
compartir con todos en el patio del colegio.
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