martes, 27 de mayo de 2014

He Vuelto




Ya sabéis lo que siempre han contado de fray Luis de León: volvió a su cátedra de Salamanca , después de haber estado injustamente preso, y comienza de nuevo sus clases con su

Decíamos ayer...

No es que me parezca al gran autor, ni tampoco he estado entre rejas, pero he tardado en regresar, y lo siento. Me han impresionado los mensajes tipo qué pasa con el blog; muchas gracias.

A veces ocurre. Es como cuando estaba en la Universidad y mi amiga H y yo teníamos enemigos imaginarios:por ejemplo, un profesor que nos había pedido que colaboráramos en un congreso,no habíamos podido y, desde entonces,creíamos que estaba enfadado  : era verlo aparecer por una esquina del campus y ponernos de perfil a ver si pasábamos por un árbol.O cuando un colega entusiasta nos ponía en la lista para la excursión al monte de 20km, el recital de doce horas de poesía (!!!) o en la super fiesta para recibir a los Erasmus : no sabíamos decir que no, y después nos pasábamos días pensando cómo escabullirnos.

No sé si estoy explicando bien la relación.Quiero decir que cuando no avisas al principio de las cosas, la bola se va haciendo cada vez más grande y uno no sabe cómo bajarse del carro. H y yo repetíamos Caín, Caín, cuando veíamos a un supuesto agraviado -qué exagerada es la juventud, sentirse como Caín el asesino por no haber ido a una lectura de tesis- y pensábamos que era irreversible.

-Me he encontrado de golpe con el Caín de antropología y no me dijo nada por habernos reído en su seminario, pero en cambio estaba molesto: que porqué le rehuíamos por los pasillos...

-Hay que ver estos Caínes, qué raros son,cómo nos complican la convivencia.

Y eso que entonces no existían los mundos paralelos con Caínes  virtuales,de esos que te borran de sus contactos y tal.Internet es como la vida pero más feroz:filias y fobias que aparecen y desaparecen pero ¡ay! siempre dejando un rastro. En una de estas semanas he leído algo que me dejó perpleja: hay gente que, para dejar patente su compromiso sentimental, se intercambian sus contraseñas de mail, toma ya prueba suprema:

-¿me quieres?
-claro que sí,apunta:  23X12
-¿es la fecha en la que nos conocimos?
-no hombre, es la de  cuando compartimos perfil en Facebook, no te acuerdas de nada.
-perdona, te enviaré un noodle.

Imaginaos la escena, él se va a declarar, así que le monta la sorpresa del viaje al Himalaya para decírselo en la roca más alta,en el momento en que los rayos gamma inciden dentro de la roca sagrada, donde están los anillos.Así que allá van con portátiles, cámaras y móviles para inmortalizar el momento emoción.A los dos segundos ya han estrenado su cuenta conjunta de twitter e instagram  para contárselo al mundo,con un montón de fotos:

-del café con galletas de sésamo
-de los sherpas que contemplan la escena
-de la novia con sus botas de pelo , su mochila de flecos y un perro a juego, con un comentario escrito por ella misma super original. 
-del gorrito tibetano tejido a mano con la angora de las cabras que sólo han comido hojas de bambú (tiernas). Incluye un enlace para adquirir uno igual.

Y vuelta a la civilización, hasta que google nos separe.
Internet no deja de sorprendernos, que me lo digan a mi que me encuentro el otro día con una tal Isabel Torrente que que circula por ahí bajo el lema: cristianos mayores de cuarenta que buscan pareja. Lo que me faltaba.Me meto en mi propio blog y me salta esta Mujer desesperada. A mique, como Fray Luis de León, vuelvo dispuesta a entretener a mi público ( si es que aún lo conservo), no a concertar citas evangélicas.Citar autores sí, concertar encuentros en la tercera fase con amigos invisibles, no. No sé si me explico con la suficiente claridad.  

A ver si a estas alturas voy a tener que cambiar de contraseña, digo de identidad. Y me voy a convertir en una asesina, en un Caín, de mi propio nombre.