No sé si fue Kipling o Twain quien dijo eso de que las cosas no acaban hasta que no terminan bien; en cualquier caso es una idea genial, pues ya está bien de pesimismos posmodernos. En la literatura también. No sé vosotros, pero a mi los finales absurdos no me gustan nada; como los finales abiertos,esos en los que tienes que imaginarte todo lo que pasa , es decir , en los que tienes que hacer el trabajo del escritor.Porque no se crean que lo hacen porque escriban muy bien o porque sean muy modernos (que también), sino que lo dejan así porque no saben cómo terminar, o se agotan.Ahora mismo no recuerdo ninguno - son tan prescindibles - , así que me invento uno.
Pongamos que Richard y Helen llevan trescientas páginas en las que si tú dijiste,que si de eso nada, que si patatín, que si patatán ,...y al final se supone que el tío se declara:
( Richard) - Bueno,pues, ésto..ya sabes...
(Helen ) - Explícate, Richard.
Y va y termina.Y no sabemos si Richard finalmente espabila.Dos finales posibles.Y tampoco si Helen (a),decide que Richard le gustaba más callado y pasa de él,o (b),el chico no habla pero ella en un alarde de realismo decide aceptarlo. Estas Helen son así.
En cualquier caso,nos han dejado sin lo mejor de la novela.¡Que nos estaba costando un montón y hemos aguantado para ver cómo terminaba! ¡Eso no se hace, oiga!.
Otro día hablaremos de los títulos, que son importantísimos también.De hecho, si tienes un buen título,un gran comienzo y un final redondo, ya es cuestión sólo de ir rellenando el hueco que quedan entre medias. Aunque muchos escritores dicen que no saben cómo va a transcurrir la narración; que se lo "van pidiendo" los personajes.Pues a ver, personajes,decidles a los autores que terminen clarito,y que os vaya bonito.
Concluimos hoy con un poema de Amalia Bautista: porque empieza como termina, es positivo,se incluye en un libro que se titula igual, acaba bien,los chicos no pierden el tiempo, y lo dice todo ya en el título, que es el de las historias de siempre:
Cuentámelo otra vez
Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla.Y no te olvides
de que,a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario