miércoles, 16 de abril de 2014

Romanos

Estos días, muchísimas personas viajan a Roma, la Ciudad Eterna. Si Roma por un lado y la Semana Santa por otra son dos maravillas,Roma y la Semana Santa juntas ya es lo más. Qué gran viaje, o romería. Romeros eran los que viajaban a la Urbe para visitar las tumbas donde Pedro,alias Sandalias del Pescador,y Pablo y los primeros mártires habían dado su vida por Cristo.Así que podríamos decir que esos antiguos cristianos inventaron el turismo; quizás hasta tomaban helados. Esos primeros también bajaban a las catacumbas, a veces de forma obligada.Que vaya claustrofobia.

Yo creo que vas a Roma y vuelves un poco romano.la primera vez que fui era también en Semana Santa,y después de día y medio de autobús de pronto nos encontramos con el río Tíber,con esos árboles y esa luz de por la tarde, que las casas parecen de oro viejo, esas Vespas aparcadas en unas ruinas, esas inscripciones cinceladas en las fachadas, esas iglesias centenarias que acogen oleadas de fieles e infieles ...en un libro de memorias leí que un señor fue a una iglesia muy temprano, horas antes de presentar sus credenciales de embajador. llevaba una barra de pan en una bolsa que acababa de comprar,y estaba empapado por la lluvia.Se queda al lado de la puerta, y de pronto llega una anciana romana,le mira, le ofrece una limosna y le deja ahí alucinado. Y el embajador anota que nunca olvidará esa lección de humildad. Yo creo que eso te pasa en Roma, la Eterna, y  es como más profunda la enseñanza.Te pasa en una  parroquia cualquiera y no es lo mismo. 

Yo creo que vas a Roma y vuelves un poco artista.Ese color azafranado de las casas, esas cornisas y esculturas...esos pradas y armanis y valentinos conviviendo con los vaqueros y los turistas y los japoneses... hace ( demasiado ) tiempo que no aterrizo en Fuimicino; la última vez aún no era como todas las ciudades, aún era Roma: ni la más elegante de las italianas, ni la más limpia ni la más recomendable ( su reputación deja bastante que desear...) pero es magnífica, está llena de vida, es hermosa. También algo caótica y decadente.

Ay, Los helados y cafés en la Piazza Navona, la escalinata de la plaza de España, las calles,las tiendas, las piedras, las basílicas, las ruinas del foro,el Coliseo, y el Vaticano, con su plaza de S.Pedro. Primero visité a Juan Pablo II El Grande, después a Benedicto XVI. Siempre Pedro.

Yo creo que vas a Roma y está todo ahí: la grandeza y el desorden, la gloria y lo mundano, el bullicio latino y la pax romana, lo clásico y lo barroco... y ahí siguen los  italianos: simpáticos, irónicos, sagaces,liantes,gesticuladores, el adjetivo expresivo se inventó para ellos. Y algo excesivos también. Y contradictorios: le ponen una pasión tremenda a cualquier bobada y a la vez contemplan con cortés indiferencia a los romeros que siglo va, milenio viene, acuden a su ciudad, que aún conserva el aire de haber sido el centro del mundo. Que estamos de vuelta de todo, parecen decir, que hemos visto pasar culturas y civilizaciones,y hemos podido con todas. Que somos romanos.
(Por lo que yo sé, nos tienen a los españoles en gran estima,como a unos primos cercanos;lo dicho: son listísimos).

Tengo que volver, y tengo que recorrerla colina a colina,  las siete,  para hacerme una idea de cómo era cuando, un 21 de Abril del 753 AC fue fundada, eso enseña la leyenda, por Rómulo y Remo. La que liastéis,gemelos. Ya lo decían los galos de Astérix y Obélix : están locos estos romanos.
Pues sí: bendita locura.


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