Para mi amiga Margaret, allá en la brumosa Irlanda.
Sólo unas líneas, queridos amigos, que le he tomado prestado a mi padre el wifi y es muy mirado con eso del descenso de los gigas, y eso que gigas parece que viene de gigante.
En verano hay que tener varios tipos de lecturas. Libros para la siesta, la orilla del mar, los ratos perdidos, mientras espero a que se duchen mis hijos -con alguno da para una trilogía-... Como me habéis preguntado por títulos, y cuánto os lo agradezco, ahí van unas sugerencias:
-Retorno a la infancia, de Rafael Gómez Pérez:
estupendo ensayo sobre los primeros años y su retorno al cabo del tiempo. Muy interesantes las citas. Edición apta para llevarse en la mochila, y a precio asequible.
novela inglesa de ambiente rural, amena y costumbrista, con el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial. D.E. Stevenson me hace mucha gracia.
después del éxito arrollador de Matar a un ruiseñor, se quedó tan abrumada que no volvió a publicar nada más. Ahora, muchos años después, sale a la luz Ve y pon un centinela, animada por sus amigos de la residencia de ancianos. Aún no lo he leído; mientras tanto, podéis leer o releer su primera novela, y ver la fantástica película. Gregory Peck, como el abogado Atticus Finch, sigue siendo considerado el epítome del personaje masculino americano. Toma, y europeo también, y zulú.
Me ha descubierto el guardián de los gigas . Me voy corriendo a la playa. Con John Grisham.
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