martes, 17 de enero de 2017

LEER ES DE LOCOS

                              
He llamado a  Rosalía para agradecerle su último regalo: La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows. Si unes la amistad por un lado y los buenos libros por otro, ¿qué sale?. Esas conversaciones son de las mejores cosas de la vida; de eso trata este refrescante libro, que su autora, Mary Ann Shaffer, bibliotecaria y editora -oficios que aparecen descritos con cariño en el libro- no pudo terminar; tarea de la que se encargó su sobrina, Annie Barrows.

Cuando Isak Dinesen regresó a su casa solariega en Dinamarca, a la nostalgia del paraíso perdido ("Yo tenía una granja en África...") se añadió el horror de la Segunda Gran Guerra; así que en el prólogo de Los ángeles vengadores(que en una doble lectura habla de la lucha entre la luz y las tinieblas), escribió:
 "tenía judíos (escondidos) en el sótano y nazis (acampados)en el jardín. Para no volverme loca, comencé una novela."

He recordado esta cita al leer La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. No sé si uno lee para no perder la cordura, para conocer el mundo, para... pero seguro que leemos porque nos hace mejores, más completos, más felices,como ocurre con los personajes del libro (¿qué libro? estoy empezando a perder el libro digo el hilo con tanta metaliteratura).

Londres, enero de 1946. Juliet Ashton, una escritora que ha estado levantando la moral inglesa con sus crónicas, busca un nuevo tema literario -y vital;y,por casualidad, comienza un intercambio epistolar con los componentes de un club  de lectura de una de las islas del Canal de la Mancha, que fueron ocupadas por los nazis y  pasaron la contienda aislados del mundo. Para librarse del castigo, hicieron pasar  por un club de lectura el festín nocturno de un cerdo y....
Alegre novela que nos habla de la amistad, el coraje, la lealtad, la soledad y el júbilo de las pequeñas cosas cotidianas.No es una obra maestra, pero,con su ingenio, humor e ironía nos dejan la sensación de que la vida se abre paso a través de los infortunios. De que la necesidad, como reza el dicho, aguza el ingenio,de la amabilidad y el heroísmo escondidos en tantas personas . Juliet Ashton  se verá inmersa en la vida de sus nuevos amigos y querrá convertir en un libro (ay, otro libro) esas historias  que con gran habilidad narrativa los isleños nos van contando: cómo sobrevivieron a la guerra, cómo volver a empezar (podríamos cuestionar que un taciturno criador de cerdos , un lacayo que le da a la bebida y demás personajes envíen cartas tan bien escritas, aunque podemos imaginarnos que, de verdad, un club de lectura es capaz de cambiar por completo a las personas.)

Y es que la ficción, como decía Chéjov, habla al final de la verdad: de cómo es la vida o, más bien, de cómo debería ser. Y de cómo nuestras historias se entretejen para componer un relato en el que, como dice el poeta,

    al fin, todo se comprende.

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